No hay duda. Las salsas y los guisos con ese gustito nuestro definen claramente nuestra picardía latina a través de la cocina. Sin embargo, muchas otras culturas en el mundo celebran de manera muy única la incorporación de salsas y guisos dentro de su panorama culinario. La cocina de Bosnia es una de esas tradiciones que le dedica especial atención.
No tuvimos que ir muy lejos para saborear sus influencias y conocer sobre sus técnicas. En el corazón de la ciudad de St. Louis, bajando por la avenida Gravois, sobrevive una comunidad hermosa que se refugió en los Estados Unidos luego de la Guerra Yugoslava de los años 90.
Profesores, artistas, comerciantes y científicos ya son parte integral del área, y con su presencia, no faltan los centros de reunión cultural, las panaderías, los cafés y restaurantes. Hasta las casas y los edificios comparten rasgos característicos europeos.
Pero no les entregue mi corazón hasta que me sirvieron mi primer platillo en el restaurante Grbic. Se trataba de un goulash calientito lleno de vegetales que fueron cocinados humildemente por largas horas. A un lado, la canasta de pan siempre tentándome por si quería limpiar el plato. Les digo que si es cierto que el amor entra por el estómago, el goulash me robó el corazón.
En Bosnia, los caldos y los guisos que comienzan una comida son muy importantes. Son su mejor carta de presentación, al igual que las salsas que se le colocan a los platillos principales. Se enfocan en preparar platillos livianos, cocinados con mucha agua para crear salsas frescas con los jugos naturales de los tomates, las papas, cebolla, pimientos, repollo, zanahorias, setas, calabacines y espinaca.
Tanto por su localización geográfica como por sus transiciones políticas, los sabores de la cocina de Bosnia también han estado influenciados por la cocina mediterránea e italiana, la cocina turca a través de la influencia otomana y la cocina de Europa Central tras años de ocupación austriaca. El uso de especias, la combinación de técnicas e ingredientes es muy diverso y práctico a la vez.
El pan mantiene un papel muy importante, ya sea que te sirvan lepini o un tipo de pita o variedades más esponjosas. El café que se sirve es el turco, claro está, y se sirve bastante. Tres o cuatro tazas al día para animar la conversación entre amigos. Los mejores vinos, por su parte, vienen de Herzegovina, mientras en Bosnia se produce un tipo riquísimo de brandi de ciruela o manzana llamado rakija.
La cena se sirve comúnmente estilo familiar y se consumen platillos con carne de res o de oveja. También se encuentran opciones vegetarianas, como el schnitzel de espinaca con polenta que me sirvieron en el restaurante Grbic, y en ocasiones, puedes pedir que te preparen un plato típico sin carne. El platillo de sarma que pidió Nabol con papas majadas también se puede hacer vegetariano substituyendo el relleno de carne para los pastelitos de repollo con puro arroz guisado. De ambas maneras, queda delicioso.
¿Y para el postre? Las frutas, las especias, las nueces y el hojaldre son los ingredientes principales en muchas de las recetas. El baklava de pistachos es el best seller en casi todos lados, pero también está el tufahije, un hojaldre relleno de manzanas guisadas y nueces. ¿O qué te parece un strudle con crema relleno con las frutas de temporada? ¡De sueño!
La comida de Bosnia es comida para satisfacer, muy rica sin ser pesada. Los platos son elaborados y naturalmente elegantes, sin pretensiones. Casi todo se prepara con tiempo y amor, igual que nosotros con las comidas hispanas tradicionales. Pero lo que me apasiona es cómo se le rinde mucho tributo a los sabores de los ingredientes de la tierra. Es comida de verdad.
En Verdelicias, queremos invitarlos a que conozcan más de este estilo culinario y que la disfruten de manera social, como es de costumbre en Bosnia. A continuación, le compartimos una versión vegetariana del guiso que me dejó loca y sin idea en St. Louis: el goulash.
Goulash vegetariano
Sofríe una cebolla pequeña picadita con una taza de zanahoria picadita en unas gotas de aceite de oliva. Añade 1/3 taza de pimiento rojo picadito, 1/3 de cebollines, dos dientes de ajo machacados y dos papas grandes tipo russet cortadas en cubos.
Cuando la cebolla y pimiento comiencen a ablandar, añade 1 cucharada y media de paprika, una cucharada de ajo en polvo y otra de perejil seco, una pizca de pimienta y sal a gusto. Luego añade agua hasta cubrir los vegetales con un cubito de vegetales, un puño de perejil picadito y dos tomates roma picaditos. También puedes usar un cubito de pollo. Cocínalo a fuego lento hasta que ablanden los vegetales y espese el guiso. Añade más agua y sal de ser necesario. Sírvelo con tu pan favorito.
Profesores, artistas, comerciantes y científicos ya son parte integral del área, y con su presencia, no faltan los centros de reunión cultural, las panaderías, los cafés y restaurantes. Hasta las casas y los edificios comparten rasgos característicos europeos.
Pero no les entregue mi corazón hasta que me sirvieron mi primer platillo en el restaurante Grbic. Se trataba de un goulash calientito lleno de vegetales que fueron cocinados humildemente por largas horas. A un lado, la canasta de pan siempre tentándome por si quería limpiar el plato. Les digo que si es cierto que el amor entra por el estómago, el goulash me robó el corazón.
En Bosnia, los caldos y los guisos que comienzan una comida son muy importantes. Son su mejor carta de presentación, al igual que las salsas que se le colocan a los platillos principales. Se enfocan en preparar platillos livianos, cocinados con mucha agua para crear salsas frescas con los jugos naturales de los tomates, las papas, cebolla, pimientos, repollo, zanahorias, setas, calabacines y espinaca.
Tanto por su localización geográfica como por sus transiciones políticas, los sabores de la cocina de Bosnia también han estado influenciados por la cocina mediterránea e italiana, la cocina turca a través de la influencia otomana y la cocina de Europa Central tras años de ocupación austriaca. El uso de especias, la combinación de técnicas e ingredientes es muy diverso y práctico a la vez.

La cena se sirve comúnmente estilo familiar y se consumen platillos con carne de res o de oveja. También se encuentran opciones vegetarianas, como el schnitzel de espinaca con polenta que me sirvieron en el restaurante Grbic, y en ocasiones, puedes pedir que te preparen un plato típico sin carne. El platillo de sarma que pidió Nabol con papas majadas también se puede hacer vegetariano substituyendo el relleno de carne para los pastelitos de repollo con puro arroz guisado. De ambas maneras, queda delicioso.
¿Y para el postre? Las frutas, las especias, las nueces y el hojaldre son los ingredientes principales en muchas de las recetas. El baklava de pistachos es el best seller en casi todos lados, pero también está el tufahije, un hojaldre relleno de manzanas guisadas y nueces. ¿O qué te parece un strudle con crema relleno con las frutas de temporada? ¡De sueño!

En Verdelicias, queremos invitarlos a que conozcan más de este estilo culinario y que la disfruten de manera social, como es de costumbre en Bosnia. A continuación, le compartimos una versión vegetariana del guiso que me dejó loca y sin idea en St. Louis: el goulash.
Goulash vegetariano
Sofríe una cebolla pequeña picadita con una taza de zanahoria picadita en unas gotas de aceite de oliva. Añade 1/3 taza de pimiento rojo picadito, 1/3 de cebollines, dos dientes de ajo machacados y dos papas grandes tipo russet cortadas en cubos.
Cuando la cebolla y pimiento comiencen a ablandar, añade 1 cucharada y media de paprika, una cucharada de ajo en polvo y otra de perejil seco, una pizca de pimienta y sal a gusto. Luego añade agua hasta cubrir los vegetales con un cubito de vegetales, un puño de perejil picadito y dos tomates roma picaditos. También puedes usar un cubito de pollo. Cocínalo a fuego lento hasta que ablanden los vegetales y espese el guiso. Añade más agua y sal de ser necesario. Sírvelo con tu pan favorito.
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